• “Sólo les interesa la plata”

    Lo dijo un sacerdote cristiano al referirse a la expansión de sectas como La Iglesia Universal del Reino de Dios. Los fieles buscan consuelo y solución a sus problemas cotidianos.










    “Las sectas como La Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD) asustan hablando del demonio pero sólo les interesa la plata”, disparó indignado Alvaro Gaitz, sacerdote de la parroquia Nuestra Señora del Loreto, en el barrio porteño de Palermo, y agregó: “Establecen la idea de que la ayuda brindada por Dios es directamente proporcional a la cantidad de dinero aportado”.

    Prueba de que cada vez más gente se vuelca a estas prácticas lo indica el crecimiento que mostró la IURD en nuestro país. Según Pare de Sufrir, el periódico que distribuyen entre sus fieles, los primeros templos se instalaron en 1990 en el norte argentino y la ciudad de Córdoba. Hoy en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense hay más de cincuenta.

    Para Gaitz lo que hacen es lisa y llanamente aprovecharse de la desesperación de la gente. “Su discurso genera miedo y suelen hacer una libre interpretación de la Biblia. Así justifican el sacarle el dinero a la gente”, remató el sacerdote.

    Las autoridades del templo ubicado en Avenida Santa Fe 4445, ciudad de Buenos Aires, se negaron a responder preguntas, sin embargo, en la puerta del monumental edificio que se levanta en Avenida Corrientes 4070, los “obreros cristianos”, jóvenes que intentan hacer ingresar a la mayor cantidad de gente antes de la celebración, brindaron sus argumentos.
















    El templo de Avenida Santa Fe al 4445, donde se negaron a dar declaraciones.


    “Los males causados por el demonio están todo el tiempo, es necesario luchar contra ellos, ya que con la ayuda del Señor todo es posible”, aseguró en portuñol (mezcla de portugués y español) Milton, uno de los “obreros” que no quiso revelar su apellido.

    Los aportes económicos que deben realizar los fieles se denominan diezmos (antiguamente se refería a un diez por ciento de las ganancias) y durante la celebración, justo cuando un ejército de señoritas armadas de alcancías recorría el salón, el pastor enfatizó: “El Señor no pide nada a cambio de su amor, pero cuanto más den, más él les dará”.

    Milton, media hora antes, respondía en estos términos a la pregunta de si había que pagar para ingresar: “Claro que no, pero a la larga la alegría es posible en la Tierra sólo si nos la da el Señor, y para recibir primero hay que dar”.

    Antes de que finalice la “Reunión de las cosas imposibles”, nombre con que conocen a los encuentros de los sábados, el público puede acercarse al escenario y, a veces con show de exorcismo previo, el pastor realiza imposición de manos intercediendo por una rápida cura de los problemas. Es el único contacto posible con quien lleva las riendas de la ceremonia, una vez finalizada ésta desaparecerá rápidamente.

    Marta Olmendi (56), del barrio porteño de Once, explicó: “Vengo porque siento que me hace bien, es un alivio al terminar la semana, y pido por todo lo que me hace falta”.
    Quien la acompañaba, Mirta Lezama (50), viene desde Villa Urquiza para asistir junto a su amiga y afirma: “Uno colabora con lo que puede, pero no me parece que se aprovechen de la gente. Aquí venimos, pedimos y muchas cosas se cumplen, más de lo que te imaginás”.


    El monumental templo ubicado en Avenida Corrientes 4070, donde los "obreros cristianos" brindaron sus argumentos a favor de la Iglesia Universal.
    Texto y fotos: Martín Sacán
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