• La TV digital tendrá que esperar


    Hay tres normas principales impulsadas por Europa, Japón y EE.UU. que hacen lobby en nuestro país. Las especulaciones apuntaban a la europea y se esperaba que fuera anunciado a fines del año pasado, aunque desde el COMFER confirmaron que primero hay que definir una ley de radiodifusión, sobre la cual se está discutiendo en los últimos meses y que deberá incluir las consideraciones a tener en cuenta sobre cómo se implementará en Argentina, pero no la especificación técnica. Varios países ya adoptaron alguna de las tres normas y aquí aseguran que permitirá estudiar mejor las posibilidades.

    “No es el momento de avanzar en la adopción de una norma de televisión digital terrestre (TDT), primero hay que definir una nueva Ley de Radiodifusión”, asegura Gonzalo Carbajal a cargo del Directorio de Normalización del Comité Federal de Radiodifusión. Sin embargo, según el Consejo Mundial de TDT, el país se había definido por el estándar europeo, pero las presiones del lobby fueron relegadas por el debate sobre la radiodifusión nacional.
    La televisión que hoy se ve en Argentina es analógica, es decir que la información es transmitida por ondas hertzianas, que tienen un ancho de banda fijo, a los televisores. La TDT se transmite en códigos binarios, es decir en ceros y unos. Esta forma de transporte ocupa menos ancho de banda, permite fusiones con otro tipo de tecnología digital y debe ser codificada por el receptor, para lo que se creó el set top box, un adaptador externo para los televisores actuales.
    La televisión hertziana es la más universal de todas y por eso la migración se hace desde ella y no desde Internet u otra tecnología de la información y la comunicación. Este proceso traerá importantes transformaciones en las posibilidades de interactividad y abrirá una oportunidad única para el desarrollo de una televisión internacional.
    Según explica el titular de la materia “Políticas y Planificación de la Comunicación” en la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA, Guillermo Mastrini, la televisión digital “permite multiplicar los canales, donde antes había uno podrán haber cuatro y uno de alta definición, facilitará la transmisión y el almacenamiento, tendrá mejor calidad y cobertura, menos costos de inversión y nuevas posibilidades de diálogo para los usuarios”.
    La importancia de su desarrollo reside en la posibilidad de generar contenidos en bloque, de intercambiar información internacionalmente y de poner la tecnología digital al alcance de todos. Por esta razón tres bloques compiten por imponer una norma al resto de los países que no tienen la tecnología ni el lobby para generar la suya propia, influenciando no sólo en las formas de transporte sino también del contenido.
    La primera norma es la ATSC de Estados Unidos, impulsada en Argentina por el Embajador de ese país, Anthony Wayne y adoptada por México, Canadá y Uruguay. Es considerada la mejor para la transmisión en Alta Definición y permite mayor cobertura geográfica.
    La norma japonesa ISDB es promocionada como la que tiene mayores posibilidades de portabilidad, aunque no tiene gran expansión en el mundo. “No parecen muy interesados porque no han impulsado las relaciones con el país en este aspecto”, dice Carbajal, aunque reconoce que la reciente incorporación de Brasil a la norma, con modificaciones, le ha dado peso ante las ventajas económicas que podría generar la adopción en bloque.
    La norma europea, DVB–T, es promocionada por toda la Unión Europea con importante participación de las telefónicas, quienes según explica Carbajal, “tienen más posibilidades porque casi el 80% de los argentinos tienen celulares y aplicar la norma acá les permitirá vender no sólo la tecnología sino también el servicio, generándole crecientes márgenes de ganancia”.
    Por último está surgiendo una norma china, que ha logrado colocarse en el debate gracias a que su mercado interno es inmenso y los costos económicos se reducen aceleradamente, posicionándose en la competencia. Según entiende Mariana Baranchuk, Licenciada de Ciencias de la Comunicación Social, esto se debe a que “los lobbies quiere convencer a los países a partir del criterio económico pero son muchos más los ítems para tener en cuenta y eso debe depende de la regulación de cada país, ya que no sólo se debe salvar la brecha digital sino también otra más estructural que es la de la educación”.
    El integrante del COMFER, afirma que las diferencias están relacionadas con las posibilidades de adaptación en los países, que son rápidamente superadas por las tres normas y que a largo plazo irán confluyendo. Pero para ello hay que esperar que se sancione una nueva ley de radiodifusión, que a pesar de las dudas generadas por la prensa, Carbajal asegura se está tratando en el Poder Ejecutivo, que deberá definir cómo se hará la transición.
    En el país ya se había preadaptado la norma estadounidense durante la presidencia de Carlos Menem, por medio de la resolución Nº2357 de la Secretaría de Comunicaciones en 1998. Sin embargo no se avanzó más que en algunas pruebas realizadas por Canal 13 con el programa “Sin código”, decisión que tuvo importantes controversias por la falta de un estudio previo que indique sus ventajas pero que finalmente fue anulado en el gobierno de Fernando De la Rúa.
    Desde el Consejo de TV Digital, más conocido internacionalmente como DTV Council, se afirmó que la Argentina adoptaría la norma europea y que sería confirmado a fines del mandato del ex presidente Néstor Kirchner.
    Cablevisión y Multicanal ofrecen desde principios del 2007 un servicio de cable digitalizado, pero el sistema cerrado no tiene cobertura en las fronteras o los lugares poco poblados por ser considerados “no rentables”, entonces la televisión de aire corre con ventajas por tener más cobertura, que sería mejorada por la TDT.
    Luego de los debates sobre la Ley de Radiodifusión ocurrido en los últimos meses, esta situación quedó relegada porque “primero hay que definir el concepto de comunicación para el país”, explica Carbajal y continúa, “después definiremos si la televisión será o no considerada como servicio de radiodifusión, lo cual implicará una importante puja de intereses entre los dueños de los canales de cable y las telefónicas principalmente, porque se deberá plantear cómo y quién usará el espacio que quedará disponible”.
    Venezuela y Colombia están evaluando el estándar chino, en la Unión Europea ya está funcionando la TDT. España y Colombia fijaron el 2010 para el “apagón analógico”. En EEUU se espera que se realice el año que viene y en Brasil comenzó a funcionar en San Pablo. Inglaterra inició la transición este año y tiene planeado finalizarla en el 2011, tal como se explica en la publicación Nº 264 de la Oficina Parlamentaria de Ciencia y Tecnología del Reino Unido en Gran Bretaña.
    Carbajal asevera que para ello se debe tener en cuenta al consumidor, que debe ser capacitado para utilizar esta nueva tecnología. “Hay que buscar que el Estado intervenga ya que las emisoras tenderán a controlar los contenidos, podrán saber qué están viendo los usuarios, vulnerando su intimidad y su derecho al acceso a la información, ya que las empresas emisoras pueden utilizar el copyright para evitar las reproducciones”, asegura.
    Pero hay otros involucrados en la discusión. Los operadores, ante estas nuevas posibilidades de interactividad podrán diversificar sus servicios y obtener nuevos beneficios económicos. La industria electrónica podrá vender los nuevos receptores y las empresas de contenidos tendrán la capacidad de fusionarse o diversificar los tipos de información que transmiten. “Por eso el Estado debe tener un papel relevante para regular las actividades de los diferentes actores y ampliar la discusión más allá de los criterios económicos e incluir los culturales”, plantea Baranchuk.
    En definitiva, Carbajal explica que las normas no son mejores ni peores sino más adaptables a las necesidades de un país. “Las ventajas de esperar permitirán prever cómo son implementados los estándares en los países latinoamericanos”, opina y continúa, “la ley de radiodifusión que discutimos debe dar cuenta del modelo de implementación, porque si consideramos a la TDT como radiodifusión, las empresas de telecomunicaciones quedan afuera, hasta entonces no habrá noticias”.

    (la imagen utilizada fue obtenida de Wikipedia)
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